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Convierte el obstáculo en posibilidad.

PIENSA

SIENTE

DESEA

HAZ

4 procesos que deben estar en las mismas coordenadas para tener una VIDA SALUDABLE.

¿Cuántas veces has pensado una cosa y has hecho otra? ¿Cuántas veces has deseado algo y piensas que no lo vas a conseguir?

Si cambias tus pensamientos, cambian tus emociones y tu estado de ánimo y, por lo tanto, tu conducta.

¿Estás preparado/a? ¡COMIENZA, HOY MISMO, TU CAMBIO!

TERAPIA FAMILIAR

La familia es un sistema. El síntoma que padece uno de los miembros tiene que ver con las dificultades que atraviesa esa familia en esos momentos. Todo comportamiento de un miembro de un sistema tiene un valor de mensaje para los demás. Incluso el silencio o la mirada, o la indiferencia, siempre comunican algo.
Los objetivos a trabajar son aumentar la capacidad de relación, fomentar la escucha activa y el diálogo. Llegar a acuerdos a través de la mediación de conflictos. Se acompaña y se orienta a la familia con el fin de que tengan una vida más saludable.
Si estáis pasando una situación que os hace sufrir, como por ejemplo que un hijo/a se haya convertido en adolescente y no tenga límites, una separación, una situación de paro laboral, cualquier dificultad que estéis viviendo con angustia, en la terapia familiar encontraréis recursos que os den otra perspectiva de la convivencia familiar.

La convivencia es lo sagrado de la relación. (Ética del cuidado)

TERAPIA DE PAREJA

En una relación de pareja, a veces, se nos presentan conflictos que no sabemos resolver. Éstos nos crean desestabilidad emocional. Pensad que las personas estamos en un continuo cambio de crecimiento y que la pareja debe estar motivada para seguir aprendiendo el uno del otro y revisar sus propios “engranajes”.

Algunos problemas comunes tienen que ver con la convivencia, la sobrecarga de tareas, los proyectos de futuro, las expectativas, las nuevas tecnologías, sentirnos poco deseados/as, falta de confianza, como enfrentarnos a una separación.

En el fondo debemos trabajarnos el cuidado hacia el otro/a y ser conscientes de que a pesar del conflicto, queremos salvar la relación, o no, y para ello también se debe trabajar.

Cualquier relación se nutre de palabra y de tiempo… ¿cuánto tiempo os dedicáis a vosotros/as y cómo va la comunicación? Base esencial para que una pareja fluya.

Desde la terapia familiar se dan herramientas para poder hacer frente a estas dificultades que se van presentando a lo largo de la vida.

Una persona debe saber asumir el sufrimiento propio de la vida, inevitable. Lo que no se puede asumir es ese daño profundo que se da en las relaciones pudiéndose haber evitado. (Ética del cuidado)

TERAPIA INDIVIDUAL

El objetivo de la terapia individual es conseguir estar en el mundo de una manera más saludable. Para ello trabajo, con las personas, de manera integral, teniendo en cuenta sus cinco áreas vitales (área física, área emocional, área intelectual-creativa, área práctica y área espiritual).

Algunas situaciones o dificultades que se nos pueden presentar y que deberíamos buscar apoyo terapéutico: ansiedad, depresión, proceso de duelo, problemas relacionales con nuestro entorno, baja autoestima, miedos, habilidades sociales, estrés laboral, regular los comportamientos adictivos, reconstruirse después de haber sufrido una situación de violencia (abuso, agresión, violencia de género), dificultades con tu identidad sexual,  querer conocerse más y realizar crecimiento personal.

No abriré mi alma a nadie que no pueda sostener lo que de ella sale. (Ética del cuidado)

TESTIMONIOS

  • Patxi (50 años)
    La terapia, para mí, primero de todo, ha sido un camino por el que, una vez concluido,veo todo lo maravilloso que ha sido poderlo recorrer.
    En ningún momento diré eso de que era reacio inicialmente a la terapia, porque era muy consciente que necesitaba ayuda.
    Pero, una vez recorrido, me doy cuenta que cuando llegué estaba buscando un tipo de ayuda equivocada.
    O,si no equivocada,un tipo de ayuda complementaria, aún sin yo saberlo, o sin haberme dado cuenta de lo realmente necesitaba.
    Llegué con unas creencias sobre lo que me pasaba, y pensé que solo con eso, podría mantener lo que era imposible de mantener,por que no era sano.
    Y,sí,claro que me ayudaste,claro que me diste las herramientas para poder cambiar lo que dije que quería cambiar,pero no te quedaste ahí.
    La terapia ha sido un maravilloso,y aún corto camino, en el desarrollo personal, para poder ser y poder estar.Para,en definitiva,poder existir de la manera más sana.
    Para saber vivir,para saber querer,para saber amar,de la manera más sana.
    Pero siempre queriéndonos nosotros primero, conociéndonos nosotros primero, aceptándonos nosotros primero, para,así,poder dar lo mejor.
    De otra manera es imposible.
    Me voy con un montón de herramientas que has puesto a mi alcance. Tantas que creo que nunca voy a dejar la terapia,al menos de manera individual.Siempre repasando apuntes,para que no se me olvide nada de todo lo aprendido.
    Siempre teniendo en cuenta que lo principal es vivir el presente,vivir el ahora,sanamente.
    Es ahora cuando toca poner en práctica todas y cada una de las herramientas,para poder seguir de esta manera tan saludable.Tanto por mi,como por mis hijas,como por los y las que están en mi vida,y por todos y todas que a mi vida vendrán.
    Y por eso no puedo más que estar sumamente agradecido por este camino,por este acompañamiento,por todas las enseñanzas y herramientas puestas a mi alcance.
    A mí me toca ahora.
    Muchísimas,muchísimas y muchísimas gracias MJesús.
    Te tendré siempre presente.
  • Araceli (60 años)

    Una ayuda inestimable para proceder en la Vida.
    Un crecimiento como persona que busca todos los días cuestionar
    y mejorar la manera de pensar y actuar con los demás y conmigo
    misma.
    Me ha dado herramientas para afrontar lo que llega a mi Vida.
    No tomándolo como “¿ por qué a mí?” sino como:
    “¿ con lo que tengo qué puedo hacer ?, ¿ qué puedo aprender de
    ésta circunstancia ?”. Ver lo que llega a mi Vida como una
    oportunidad para aprender y crecer.
    Me ha enseñado a reconocer el ego, que se mueve con fines
    egoístas, y contemplar los sucesos como lo que son: “unos
    determinados hechos”. La diferencia está en la actitud que tome
    yo frente a ellos.
    Me ha enseñado a no juzgar a los demás. A poner consciencia y
    ver que cada cual es otro ser como yo, que está aprendiendo y
    actúa como mejor puede con las herramientas que tiene. Todos
    estamos en un proceso de aprendizaje. Todos somos Luz y
    Oscuridad.
    Con lo que he aprendido cada día siento más Paz y Equilibrio.
    Aceptándome y aceptando a los demás. Aceptando que yo soy los
    demás. Que formo parte de un todo. Viendo que cada ser que
    forma ese todo es perfecto y necesario para aprender de lo que
    esté sucediendo en cada momento.
    Cada día siento más Amor hacia mi misma y hacia los demás.
    Tomando a los demás como maestros de mi propio aprendizaje. Y
    siendo yo, a la vez, maestra para los otros.
    La empatía con el terapeuta es muy importante. Es esencial
    empatizar y estar receptivo a sus enseñanzas. En mi caso así ha
    sido.
    “María Jesús te agradezco de Corazón haber plantado en mi ser
    tanto conocimiento y herramientas para proceder con Amor y
    Espiritualidad en la Vida conmigo misma y con los demás.
    Siempre tengo presente en mi día a día tus enseñanzas. Tu voz
    acompaña mis actos. Y cada día me siento mejor como persona.
    Sanando esos conflictos internos y convirtiéndolos en
    aprendizaje y crecimiento para ser una mejor persona conmigo y
    con los demás.”
    GRACIAS !!! GRACIAS !!! GRACIAS !!! POR TODO TU ESFUERZO,
    CONOCIMIENTO Y DEDICACION. Y LO MAS IMPORTANTE: POR COMPARTIRLO CON LOS DEMÁS.

  • Nora (23 años)

    Este proceso sin duda me ha cambiado la manera de ver la vida y por lo tanto mi vida.
    Cuando llegué a terapia era una olla exprés recién explotada por todas las creencias, presiones inconscientes, vivencias, momento “no aceptados”, por comportamientos y por momentos no sanados a tiempo que hicieron estallar todo por los aires. Mi vida se paralizó por completo, físicamente no podía salir de casa y mentalmente estaba atrapada en una jaula que yo misma había ido creando sin darme cuenta.
    Bendita medicación y terapia que me hacen estar aquí y ser quien soy hoy.
    La consciencia me ha cambiado desde el día que empecé a entender la vida con ayuda de terapia, encontrar mi lugar en este mundo tan alborotado me ha hecho la persona que soy ahora.
    Me costaba mucho entender a los demás hasta que aprendí en el proceso de terapia que cada uno carga con una mochila que puede que ni esa misma persona lo sepa como me pasó a mí.
    Este proceso me ha enseñado que la mayoría de las cosas que nos preocupan nunca suceden.
    He aprendido a educar a mi propia mente que muchas veces me traiciona, aprendiendo que ésta a veces va por un camino y yo voy por otro y hay que reconducirla.
    En este proceso he aprendido una de las lecciones mas importantes que nunca me enseñaron en la escuela: FLUIR CON LA VIDA.
    Y cuando digo fluir con la vida no quiere decir que no tenga días malos, tampoco que no me pasen cosas desagradables ya que este año ha sido un año donde el cáncer (que tanto asusta) ha estado mas presente que nunca en mi vida y he llevado la enfermedad de estos seres queridos como nunca hubiera imaginado.
    Aceptar que hay cosas que no podemos modificar y que intentar oponerse o no querer aceptarlo solo causa sufrimiento.
    La terapia me ha enseñado que superar obstáculos no es a “base de palos” y que “la vida no es dura” como me habían inculcado.
    No son necesarios los palos y no es necesario sufrir para aprender. El dolor puede ser inevitable pero el sufrimiento lo elegimos nosotros.
    Hoy, entiendo que se pueden superar obstáculos sin sufrimiento reeducando al EGO maleducado.
    El día que llegué a consulta con Chus le tenia mucho miedo a la muerte, me costaba aceptarla y verla como algo natural. Hoy, he interiorizado que donde hay vida hay muerte y donde hay salud, hay enfermedad.
    Este proceso me ha hecho mirar en mi interior y ver más allá. Que difícil era aceptar las cosas que tenía que mejorar y pedir perdón. Ya no se daña mi EGO ya que lo hemos reeducado sanamente en este tiempo con todo lo aprendido.
    Ahora observo y conecto con la naturaleza de una manera increíble, no necesito tanto para ser feliz ya que en terapia he aprendido lo que es la felicidad y no es lo que siempre me habían contado. Priorizo la paz interior y el equilibrio para poder conseguir esos momentos de felicidad, que son el camino y no el fin.
    Me he dado cuenta de muchas cosas, entre ellas de lo rápido que va el mundo, tan deprisa que no nos dan tiempo para conocernos a nosotros mismos incluso a veces ni tan siquiera para darle la mano al de al lado. No me había permitido parar por voluntad propia y apreciar lo que es la VIDA de verdad.
    Entender que todos somos uno en esta sociedad tan ajetreada me ha costado mucho ya que el mundo que hay fuera no se comporta como tal. A medida que crecemos nos van apagando nuestra magia catalogándonos y dividiéndonos social, económica e intelectualmente sin que nos demos cuenta. Pienso que se le da muy poca importancia al talento de cada uno y a su potencial en el sistema en el que vivimos.
    Encontrar mi SER es lo mas bonito que me ha pasado, nací conectada a muchos elementos y poco a poco me fui desconectando, no hay nada como reconectar con lo que eres de verdad y encontrar tus talentos y tu elemento en la vida.
    Una lección mas han sido los quesitos, un aprendizaje increíble para entender que en la vida no puedes ser solo amiga ni pareja ni solo ser madre ni padre, la vida esta llena de quesitos, el día a día hay que vivirlo añadiendo dosis de pequeños momentos que sumen positivamente a lo largo nuestra vida.
    Qué bonito ha sido entender que la vida es el AHORA, que nadie sabe lo que puede pasar mañana y que no hay que posponer los planes para cuando uno se jubile, que la vida es ahora.
    El proceso terapéutico me ha ayudado a gestionar los malos momentos y a cuestionarme esas creencias limitantes que llevan toda la vida condicionándome. Que poco me daba cuenta de lo mucho que me marcaban, eso sí, aprendes que nadie tiene la culpa, que la culpa no sirve para nada.
    Reconozco que mirar la vida desde este punto ha sido duro, te cambia completamente el pensamiento y lo que antes veías de una manera ahora lo ves totalmente distinto, sin miedos, con más perspectiva, con más consciencia.
    Hoy no juzgo a las personas, solo entiendo que están donde pueden y donde llegan, ya que muchas de ellas no tienen herramientas para estar en otro punto mentalmente o no quieren estar en ese otro punto y es totalmente respetable.
    Conocer mis limites ha sido una fantasía ya que sin estos estaba perdida y alejada de lo que soy. Dar a los demás sabiendo cual es tu limite es la forma más bonita de ofrecer lo mejor de ti sin alejarte de lo que eres y de lo que quieres ser.
    Pensaba que poner límites y priorizarme en muchas situaciones era egoísmo negativo. Ahora entiendo que ponerme por delante en muchas ocasiones y pensar en mi es necesario, aunque no estaba educada para verlo así.
    Saber decir NO me costaba mucho hasta que aprendí que también es necesario.
    La terapia ha hecho que pudiera ayudar a muchas personas que tengo a mi lado, a ver la vida de otra manera y mi reflejo les ha hecho mejores personas, por ello he reflexionado mucho sobre este tema y pienso que la terapia es necesaria para la vida de cada uno de nosotros. ¿Cómo sería si en el colegio nos dieran clase de terapia igual que nos dan clase de matemáticas? Podría llamarse la materia de VIVIR.
    Este camino ha sido difícil ya que vas a ciegas sin saber lo que puedes encontrar dentro de ti pero encontrarme con Chus para empezar este camino ha sido de las mejores cosas que me han podido pasar en la vida, me llevo una lección como sello de identidad para toda mi vida.
    ¡Gracias Chus!

  • Olga (61 años)

    He estado revisando y repasando todo el contenido de lo trabajado contigo, querida Chus.

    Y me ha parecido un trabajo muy ordenado y además ideal para una persona como yo, que he ido a tus sesiones con varios temas y muchas veces te sacaba del guion. Te doy las gracias por tener un corazón y una sabiduría tan asertiva y empática con tus pacientes.

    Me he puesto y llevo un rato escribiendo en otras hojas lo que me han parecido tus sesiones y los temas, y después he pensado que escribiría desde el corazón. Con él te hablo y expreso lo agradecida que estoy de la buena labor que haces y con tu conocimiento y sabiduría me has ayudado muchísimo. Gracias, Chus.

    Hemos tocado todos los temas que se pueden tocar y en excelencia. Tu tipo de terapia es ideal para crecer y formar a una persona con los cimientos flojos. Tú y tu terapia habéis reforzado y pulido mis sentimientos y creencias, dando valor después de las sesiones, a mi vida y a mi persona.

    Han sido unos entrenamientos de cuerpo y alma y haciendo una persona más fuerte. Más empoderada y segura. Prudente y observadora, callada y reflexiva. Teniendo en cuenta siempre, los momentos Tánatos y los Eros y procurando que mi vida vaya bien y con los entrenamientos y lo aprendido “sacar lo mejor de mí”.

    Te quiero mucho Chus. Millones de gracias.

  • Susana (53 años)

    La terapia para mí ha supuesto un cambio en mi forma de ver la vida. Llegué sin
    conocerme, sin saber a dónde ir, con muchas dudas, y sobre toda a nivel personal.
    El proceso ha sido largo, pero siento que ha valido la pena, que he entendido lo que
    significa conocerse a uno mismo, quererse y ante todo priorizarse.
    A tener seguridad en mí misma, que ya no me importa lo que piensan los demás de
    mí.
    Ser capaz en situaciones tensas, poder hablar desde la calma y la tranquilidad, no
    dejar que mí ego surja...
    Ahora sé que cada persona, ante un hecho o una situación, puede verlo de diferente
    manera que yo, que mi visión puede ser para mí la correcta, pero no para otra
    persona.
    A querer a las personas como son, sin querer cambiarlas y no poner expectativas en
    ellas. Son lo que son, con lo bueno y lo menos bueno.
    Que no quiero cerca de mí a personas toxicas, de ellas me apartaré y seguiré mi
    camino.
    A no juzgar, porque todos llevamos una mochila detrás, no sé en que punto esta esa
    persona, ni porque es así, porque posiblemente no sepa nada de ella.
    Que la mente es muy poderosa, que si la dejamos nos controla y es nuestra peor
    enemiga, pero ahora tengo las herramientas para poder pararla y no me juegue malas
    pasadas.
    Que el ego es mal consejero. Soy capaz de hacer autocrítica de mí misma e intentar
    corregir lo que no me gusta de mí.
    Poner límites a las personas, decir que no, y no pasa nada, a no sentirme culpable por
    las decisiones que tome, porque son mis decisiones acertadas o no, no me importa
    que no las entiendas o no las compartan.
    Que el tiempo es muy valioso y querer vivir cada momento en el presente y no en el
    mañana. Seguir trabajando en no posponer la vida, porque no se cuándo será mi
    último momento en esta vida.
    Me siento en paz conmigo misma, siento que en mi corazón no hay rabia, ni ira.
    Que quiero vivir desde el amor, la alegría, la tranquilidad, la generosidad, ser
    compasiva, comprensiva y respetar a todo ser vivo.
    Comencé este viaje sin saber dónde me llevaría, en medio del camino, sufrí una
    perdida muy importante, mi pareja, y en ese momento la vida me enseño que fui
    amada más de lo que podía ver, que no supe amar de la misma manera, porque
    entonces no entendía que no podemos cambiar a la persona como es, sino que hay
    que aceptar como es esa persona. Tuve que volver a construirme de nuevo y aceptar
    lo que la vida me da.
    Que la vida es muy bonita, que vale la pena, y si viene un problema aceptarlo e
    intentar transitarlo de la mejor manera posible. No dejar de soñar y no perder la ilusión
    por vivir.

    He aprendido que las personas no son propiedad de nadie, ni pertenecen ni son de
    nadie.
    Siento que mi mochila ya no pesa tanto y que poco a poco va siendo más ligera y que
    cada persona lleva su propia mochila y no puedo ni debo hacerla mía.
    Escogida la Soledad es buena y necesaria.

    Gracias Chus por todo, por ser esa persona que llegaste a mi vida, para volver a
    conectar conmigo y enseñarme a ver la vida desde un lugar mejor. Darme las
    herramientas para seguir este camino en solitario.
    Hoy soy una persona diferente a la que fue a tu consulta hace 4 años, siento que he
    crecido muchísimo que la Susana de hoy me gusta mucho más que la de ayer, pero
    seguramente todavía quede mucho camino por recorrer, en esto que llamamos vida.

    Gracias

  • Rosa María (56 años)

    La terapia me ha ayudado a conocerme a mí misma, creer en mí, respetarme, hablarme bien, amarme, comunicarme de una manera más asertiva hacia las personas que me rodean, familia, amigos…

    Vivía para los demás, envuelta por las creencias inculcadas desde mi niñez, anclada en el pasado y angustiada por el futuro.

    Me autoengañaba viviendo y sin salir de “mi zona de confort” como un autómata, sin saber decir NO, con miedo, muchos miedos a repetir patrones familiares, de culparme por todo y sin saber poner límites.

    Ahora disfruto el momento, vivo el presente y con ganas de seguir aprendiendo del crecimiento personal, trabajar en mi día a día en mi proceso de vida, ser más comprensiva con los demás, todos llevamos el peso una mochila emocional.

    Nunca habría podido imaginar que aprender de las emociones, del trabajo realizado en cada una de las sesiones, de las herramientas y tareas que María Jesús me ha ido proporcionando a lo largo de la terapia me iban a ayudar tanto en mi salud emocional, que yo soy mi prioridad, tomar conciencia de lo que siento y pienso, de mis valores, afrontar mis dificultades con una mirada más amplia para conocerme mí misma, me tenía olvidada, había perdido mi esencia.

    Solo siento gratitud hacia María Jesús, no todos los terapeutas saben conectar con sus pacientes, a mí me ha dado la confianza para ser yo misma y me ha ayudado sin juzgar, eso me ha permitido sentirme tranquila para poder expresarme y explicarle mis preocupaciones y junto a su empatía, profesionalidad y la habilidad que tiene para hacerte ver las dificultades de la vida con otra perspectiva, ha hecho que mi evolución hacia el crecimiento personal me haya hecho elevar mi nivel de conciencia.

    Ahora PUEDO DECIR QUE SÉ, tengo herramientas para crecer y no estancarme, seguir evolucionando, para no mirar hacia otro lado y enfrentarme a la vida. A ocuparme y no a preocuparme.

    Enfocarme en mí bienestar, VIVIR CON EL OBJETIVO DE TENER PAZ, TRANQUILIDAD Y VER LO BONITO QUE NOS DEPARE LA VIDA.

    TAN SOLO GRACIAS, ME HAS DADO UN NUEVO VIVIR.

  • Andrea (23 años)

    Terapia para mi ha supuesto un cambio a nivel personal y emocional muy importante a la vez que positivo. Cuando llegué, estaba expectante sí, pero a la vez bloqueada. Estaba atravesando quizá uno de los momentos mas difíciles de mi vida, y yo no sabia gestionarlo. Durante las primeras sesiones, recuerdo que no podía parar de llorar y de tener pensamientos negativos. Aún así, yo estaba dispuesta y era consciente de que iba a poder luchar contra mi misma y poder encontrarme de nuevo.

    Al principio me costó, personalmente creo que adentrarte en el camino del crecimiento personal es poder y sobretodo querer, quitarte las telarañas de los ojos con las que llegas, y verte a ti mismo y al resto del mundo, con otros ojos. Por lo que, todo este tiempo, me he cuestionado cosas, he llorado, he comprendido, he aprendido, pero sobre todo, he crecido.

    He aprendido muchas cosas; conceptos nuevos, cómo gestionar mis emociones, cómo mirar dentro de uno mismo, comprender el entorno, valorarlo y saber cómo actuar, entre otras muchas. Pero sobre todo he crecido, porque creo que todo el mundo lo hace, pero hay que saber cómo hacerlo. Y yo, me siento feliz de estar creciendo en el camino que he elegido, porque me da felicidad, plenitud y amor. Aprecio las cosas buenas de una manera más significativa, y dejo sentir las malas también, de eso trata el proceso. En el camino llevo conmigo mi mochila, pero con muchas menos piedras que el primer día, llevo mi esencia pero mi mente es diferente, ha cambiado. Llevo también mis virtudes y defectos, junto con las herramientas que tengo para poder llegar a mis objetivos. Llevo también mi voluntad y mi esfuerzo de seguir aprendiendo y creciendo a nivel personal, que creo que es uno de los mejores compañeros de camino y de vida. Quizás el camino es largo, con algún bache y alguna sorpresa, o quizás con desvíos, quien sabe, lo que sé es que es mi camino y lo que se interponga, serán aprendizajes y experiencias con las que poner en práctica mis herramientas.

  • Noa (18 años)

    Para mí el proceso de terapia ha sido un proceso importante, en el cual me he tenido que enfrentar a diferentes aspectos de la vida familiar y personal, que nunca había tenido tan en cuenta.

    En la terapia he visto que la comunicación y el saber escuchar a otra persona es clave para poder tener una relación sana con cualquiera. Saber aceptar nuestras virtudes y nuestros defectos es también muy importante para que puedas entenderte con la otra persona.

    También he aprendido nuevas formas de gestionar las emociones y ver las cosas desde diferente perspectiva, ya que ahora tengo muchas más herramientas para poder hacerlo.

    De la terapia me llevo un aprendizaje valioso, el cual intentaré aplicar día a día para vivir desde donde realmente quiero.

  • Pilar (55 años)

    Hasta cierto punto, me ha servido para comprobar que algunos comportamientos o
    actitudes que yo tenía no me reportaban bienestar emocional sino más bien, lo contrario.
    Por otro lado, considero que no le he dedicado suficiente tiempo para reflexionar tras las
    sesiones de terapia y me hubiera gustado hacerlo ( pasado )... tengo que vivir el
    PRESENTE.
    Me ha ayudado a relativizar en la vida, ser consciente de mis momentos TÁNATOS y EROS,
    buscando anclajes positivos para que mis TÁNATOS no se alarguen en el tiempo.
    También a mejorar mi comunicación con las otras personas: que sea más efectiva y sobre
    todo no violenta, ya que mi primera reacción siempre había sido estar a la defensiva y
    pensar que estaba siendo atacada. Además, vigilo antes de expresarme qué lenguaje
    empleo ya que soy un poco más consciente de que “el lenguaje crea realidades “.
    Desde que traté este tema en terapia reflexiono antes de responder para hacerlo desde la
    tranquilidad. Así mismo intento ser más paciente y escuchar de forma activa.
    Intento vivir con consciencia en el presente. Otro tema es el ser mucho más consciente
    también de cuáles son mis creencias limitantes y potenciadoras, y de la mochila que llevo
    encima.
    Así puedo entender mejor qué me sucede y por qué.
    He empezado a poner conciencia en ver cuándo tengo un pensamiento tóxico que me
    pueda generar una emoción tóxica. O al revés si siento una emoción tóxica, averiguar qué
    pensamiento tóxico me lo ha provocado.
    Para finalizar, me ha parecido muy interesante el trabajo sobre la autoestima. Sabía que
    uno de mis puntos débiles en la vida a lo largo de muchos años ha sido no tener una buena
    autoestima, me autoculpaba de todo lo negativo que me sucedía, y que esto me perjudicaba
    en mi relación con los demás, pero ahora sé que me amo a mí misma y no necesito
    valoración externa.
    Cada día agradezco todo lo positivo que me ha sucedido y también escribo cuáles son mis
    objetivos para el día siguiente. Esto me ayuda mucho. También he pensado en cuáles son
    mis prioridades en la vida a un año vista.
    En resumen, la terapia me ha ayudado para crecer personalmente y para entender mejor a
    mi familia (sobre todo a mi hija ) y creo que también ha ayudado a mi marido. A mi hija,

    aunque no lo manifieste, porque aún está en proceso de evolución/maduración.
    El tema de la cuadrícula de tareas del hogar no ha acabado de cuajar porque no hemos
    puesto suficiente empeño en ello los 4. Queda por trabajar en la familia. Al igual que establecer normas que nos cuestan bastante.

  • Ana (39 Años)
    El proceso de terapia a supuesto en mí un antes y un después.
    Cuando decidí que necesitaba ayuda, creí que solo venía a afrontar los miedos que habían surgido en mi, sobre todo el miedo a morir.
    Pero ya en la primera sesión supe que iba a ser más complicado, me hiciste ver que además de los miedos ya no era la persona que había sido hasta el momento, me había perdido a mi misma.
    Me has enseñado muchas cosas y todas ellas tan necesarias, cada sesión de terapia suponía un volverme a cuestionar todo, todo lo que había aprendido hasta el momento.
    Has cambiado mi forma de pensar, de valorar, de vivir, de disfrutar.
    No sólo he conseguido reencontrarme conmigo misma, he descubierto en una parte un nuevo yo.
    He aprendido a perdonarme y no cuestionármelo todo, como bien dices siempre “hice lo que pude con las herramientas que tuve en ese momento”.
    He aprendido a estar en el presente mucho más de lo que estaba, y no mirar hacia el pasado ni pensar tanto en el futuro. Que las cosas no son lo que pasan, sino como lo afrontamos.
    He aprendido a quererme más, a respetarme y hacerme respetar, a poner límites que son sanos para mi.
    He aprendido que el miedo no es perder a la gente, el miedo es perderme yo intentando complacerlos.
    He aprendido a proteger mi paz.
    He aprendido a ser paciente, a disfrutar del momento, he aprendido a valorar las cosas y los momentos más aún de lo que ya lo hacía. Y que las cosas que más importan nunca son cosas.
    He aprendido que dejar ir no es dejar de amar. He aprendido que hay despedidas que no son dolorosas pero otras que duelen hasta el alma. Y que los recuerdos son lo único que dejamos en este mundo.
    He aprendido que el miedo en cualquier momento volverá a estar presente pero no debe hacerme sufrir.
    Me he prometido a mi misma seguir aprendiendo.
  • Esther (50 años)

    Este proceso de terapia, evidentemente, me ha ayudado muchísimo.
    Sabía que necesita apoyo psicológico, por el estado tan depresivo en el que me
    encontraba, la tristeza que me acompañaba, el sentimiento de soledad, de angustia,
    ansiedad, y con ello la pérdida de peso. El hecho de permitirme iniciarlo ya fue un gran
    logro para mí.
    Gracias a la terapia, me he comprendido más, me he sentido mejor conmigo misma, he
    dejado de poner en duda mi valía como persona, especialmente como madre y ante mi
    marido. Y poco a poco ha ido creciendo mi autoestima, que falta me hacía.
    He aprendido a vivir más en el presente, en el aquí y el ahora, disfrutando de los buenos
    momentos, de cada minuto de mi vida, pero sobre todo a no dar tantísima importancia
    a los momentos no tan agradables y gestionarlos de la mejor manera posible. Y he de
    añadir que los malos acontecimientos no duelen tanto, y eso ya es un mundo.
    Algo ha cambiado en mí, una tranquilidad que antes no tenía, menos preocupada, que
    no dejada, por supuesto, por cosas diarias que no merecen la pena. Lo que me produce
    gran paz interior.
    La terapia, el tratamiento médico, todo habrá influido pero lo que sé es que cada vez
    más vuelvo a ser la persona que era hace mucho tiempo atrás, con ganas de vivir y
    disfrutar.
    Gracias a Chus, mi terapeuta, he adquirido las herramientas necesarias para crecer como
    persona y, especialmente, aumentar mi autoestima, valorarme y disfrutar cada minuto
    del día.
    Y así, he comenzado a darle un giro a mi vida para que tenga más sentido vivirla.
    Chus, un millón de gracias por haberme acompañado en este proceso de crecimiento de Crecimiento Personal.

  • Isabel (17 años)

    Para mí ha sido un proceso largo y duro a veces, que me ha ayudado a conocerme y a respetarme, ante todo y todos. Proceso también en el que vas viendo poco a poco los frutos de ese cambio, solo tuyo y propio. Consciente del trabajo detrás y parándome a pensar en cómo quieres vivir y en todo lo que tus palabras y acciones representan.

  • Mariona (16 años)

    Este proceso de terapia ha sido un camino en el que he ganado consciencia, mucha consciencia. De que la vida pasa, tanto si estás bien como si estás mal, pasa aunque no quieras que pase, aunque estés haciendo cosas que no te gustan o que estés haciendo tareas rutinarias, el tiempo es el mismo, vale lo mismo y por ello debería de aprovecharlo igual. Es muy diferente estar vivo y sentirse vivo.

    He aprendido también que no debería idealizar mis relaciones, a escoger mi compañía y a sentirme libre de ser quién soy porque eso me ayudará a sentirme viva.
    He aprendido a no dejar para luego lo que desee realmente, a satisfacer mis sueños siempre que se pueda, a quererme porque es la única manera de querer de verdad a los demás.
    A no amar esperando que me amen, a no amar por necesidad si no por gusto, porque es lo que quieres y lo que tu corazón te pide.
    A decir que no y a poner límites, porque eso es una manera de amarme también.
    A no apegarme a los sentimientos negativos ni hacerles caso a mis creencias limitantes y creer que si que puedo y buscarme sentimientos positivos por mi cuenta.
    En resumen, a ser cada vez más la persona que quiero ser, dejando que la vida pase con sus cosas buenas y sus cosas malas pero siempre teniendo claro que soy mi.primera prioridad .
  • Paula (14 años)

    Yo al empezar terapia, siento que era otra persona completamente diferente, ahora soy más consciente de algunas cosas, también sobre pensaba mucho las cosas, y no sabía como salir o evitar esos pensamientos. Ahora ya tengo herramientas y me han funcionado muy bien. También pienso que mientras he estado en este proceso de terapia he tenido algunas situaciones o he tenido que tomar algunas decisiones sobre cosas y actos hacia mí que no me gustaban y siento que si no hubiera estado en terapia no habría podido tomar estas decisiones, que son las correctas para mí. Veo las cosas desde otra perspectiva muy diferente en cuanto a mi yo del pasado y estoy muy feliz por ello, siento que soy capaz de muchas más cosas que al principio, y estoy muy satisfecha y contenta.

  • José Luis (56 años)

    Chus, quiero agradecerte, sinceramente, el empeño y maestría que has tenido conmigo en estos últimos meses y que ha dado como resultado que saliera del fango en el que me veía sumido y pudiera caminar hacia la luz. Ha sido un auténtico placer cada una de las sesiones que hemos hecho y que me han ayudado a quererme, a querer a los demás y a ser mejor persona. Me siento afortunado de haberte encontrado entre las sombras que habitaban en mi mente. Eterno agradecimiento y seguimos en contacto. Echaré de menos tus abrazos tan sentidos y que me han dado tanta fuerza en estos meses. Continúa teniendo una vida plena y sigue ayudando a los demás como lo haces. Un beso.

  • Carla ( 28 años)

    Empecé terapia porque me encontraba en un punto de mi vida donde veía que podía entrar en un pozo. En ese momento, vi claro que tenía que pedir ayuda, o de lo contrario, cada vez me costaría más salir de ese pozo. Me sentía sobrepasada por una situación que me hacía sentir mal y que no tenía por qué seguir soportando. A veces nos queremos convencer de que tenemos que seguir adelante con un determinado proyecto o meta, y se nos olvida lo que es más importante para uno mismo. Tendemos a actuar por imitación. Si veo que mi madre se parte los cuernos trabajando, estudiando y atendiendo asuntos familiares y nunca pasa tiempo de relax, entiendo que esa es la conducta a imitar. Entiendo que hacer lo contrario es ser egoísta y vaga y siento una culpa constante cuando no actúo de esa forma.

    Gracias a la terapia he conseguido prestar atención a aspectos de mi vida que tenía descuidados o que ni siquiera sabía que existían. Siento que a lo largo de estos casi 3 años he conseguido adquirir un mayor control sobre mis decisiones y mis sentimientos, permitiéndome pensar y sentir a mi manera, evitando juicios, comparaciones, entrar en bucles sin sentido... Desde luego, no he conseguido un autocontrol digno de admirar, sigo teniendo mis dificultades, pero me siento más segura para afrontar las dificultades que se me puedan poner por delante.

    Creo que haber recibido terapia durante este tiempo ha sido una de las mejores decisiones tomadas hasta ahora, y creo que el aprendizaje que me llevo lo voy a tener siempre en mi interior para ayudarme a salir a flote cuando más lo necesite. Entiendo que es un trabajo constante por parte de uno mismo y considero que debo esforzarme día a día por aprovechar las herramientas que se me han dado. Creo que esta debería ser la meta primordial de entre todas las que me marco, pues sin bienestar mental, difícilmente se puede avanzar.

    Para terminar, quiero decirte, María Jesús, que te estoy muy agradecida por tu atención y dedicación, me he sentido muy arropada y en un espacio seguro donde expresarme sin juicios, y siempre recibiendo las pautas y consejos que más me pueden ayudar.

     

  • Mari (50 años)

    Lo primero que sé que ha significado la terapia para mí, es que hay un antes y un después. De todas las cosas que he aprendido, creo que una de las más importantes es que tengo que valorarme más y aceptarme como soy. Que se acabó machacarme con ideas negativas, pensamientos tóxicos, cosa que acostumbraba a hacer a menudo. He aprendido como puedo colocar a los que me rodean en función de lo que aportan en mi vida. Veo más cerca el día en que sabré comprender a mi "yo" del pasado y la podré perdonar, gracias a mis nuevas herramientas, por los errores en las malas decisiones que tomé. Al igual que sé, que las que tome en un futuro, serán más conscientemente. He aprendido también a no anticiparme y sufrir por cosas que no dependen de mí y van a suceder igualmente. Sé que tengo que escucharme y valorarme, aprendiendo cosas nuevas e inventarme nuevas inquietudes. No puedo permitirme dejar en la libreta la lista de propósitos en los que trabajé días atrás. Me tengo que poner las pilas en informática, perfeccionar mis conocimientos de cocina, y hacer algo artístico cantar, bailar, teatro... Resumiendo, tomarme más tiempo para mí. Prestarme más atención por fuera y también por dentro. Sólo lamento una cosa, y me hace sentir rabia e impotencia, que mi madre no tuvo acceso a toda esta información y a estas herramientas. Su vida habría sido mucho más fácil y no habría tenido un final tan triste.

     

  • David (43 años)

    Antes de nada quiero darte las gracias por todo lo que nos has ayudado. Tengo que reconocer que al principio era reacio de ir a terapia pero me di cuenta ,rápidamente, que era lo mejor que había hecho . Al llegar, estaba, como se suele decir "en el pozo", dónde todo lo veía negro y no sabía la manera de salir de él. Pero desde el primer día empecé a ver, notar, una sensación de liberación, alivio, confianza, hasta el día de hoy. Sé que aún me queda camino por recorrer pero creo que estoy preparado para poder afrontarlo con confianza y valentía. Me ayudaste mucho con las relaciones tóxicas, me hiciste ver que una relación tóxica no sólo puede ser de un conocido, un amigo, sino cualquiera, hasta la propia familia. Otra de las cosas que he aprendido ha sido a no dudar tanto de todo. Aunque aún me queda trabajo por hacer, noto que por primera vez sé lo que no quiero y saber expresarlo. Sigo teniendo miedos, inquietudes, ya sean familiares, con mi expareja, con mi hijo, con amigos, trabajo, etc, pero ahora creo tener las herramientas necesarias para poder afrontarlas y superarlas. Me siento más positivo que nunca y ya es mucho teniendo en cuenta que era de los que veía el vaso vacío, así que ahora lo veo medio lleno. A nivel de pareja no sé que me deparará el futuro pero sí sé que ha pesar de los motivos que nos han llevado aquí, mi expareja siempre seguirá siendo parte de mí y de mi vida con mi hijo.

  • Núria (42 años)

    Primero de todo, me gustaría dar gracias a ti Chus, por acompañarnos durante todo este tiempo. Sin ti, todo esto no habría sido posible. También dar las gracias a mi expareja, por haber hecho juntos este aprendizaje de vida. Vine el primer día sin expectativas, sólo a escuchar y hablar, no sabía muy bien que era lo que me iba a encontrar. Desde el principio me di cuenta de que tenía que estar preparada para "exponerme" como no lo había hecho antes. Los "deberes" requerían estar presente y sacar cosas que estaban muy bien "guardadas" en nuestra mochila. Entender que para "cuidar", amar a otra persona (pareja), es necesario cuidarte, mimarte, amarte a ti mismo primero, es un largo camino, sobre todo para alguien como yo, que es "cuidadora", que lleva mucho tiempo cuidando de los demás y olvidándose de ella misma. Estoy muy contenta de cómo ha evolucionado la relación con mi expareja. Cuando empezamos sentía resentimiento y rechazo hacia él, que por mi naturaleza, me hacían sentir que no era yo. No me gustan nada esos sentimientos y salir de ahí, me ha dado paz. Hemos podido hablar y exponer nuestros miedos, inseguridades y también lo que queremos, hacia dónde queremos ir. De esta manera he podido soltar, empatizar y ponerme en su lugar, para entender mejor lo que nos separó. Con nuestro hijo también ha sido un aprendizaje, desde el miedo a cómo hablarle de la separación, a comprender que si lo hacíamos desde la tranquilidad, resolviendo sus dudas, hablando mucho...todo sería más sencillo.

    Sé que el aprendizaje no acaba nunca, día a día hay que trabajar y velar por sernos fiel a uno mismo y descubrir que cuando uno se pone en el centro de su vida, se da cuenta que es lo más importante de su vida.

  • Gloria (53 años)

    Para valorar mi terapia he de volver al principio. Hace unos años yo era un vegetal que sostenía mi tristeza y desánimo por vivir, no tenía sentimientos, mi ego estaba descontrolado, mis pensamientos eran negativos, tenía complejos, en el cariño estaba incompleta, no me gustaba, no me gustaba mi vida, hasta el punto de actuar para poner fin a este túnel negro, que no tenía salida, pero no resultó. Y seguí siendo un vegetal, bueno más bien una persona muerta en vida, sin alicientes. Mi cuerpo, en un momento determinado, empezó a decirme que necesitaba ayuda y sin pensarlo y con las palabras entrecortadas llamé a quien me tendió una mano y me llevó a revivir con su terapia.

    Comencé a sacar mis lágrimas, a construir una Gloria nueva. Aprendí a expresar mis sentimientos, a soltar lastres a los cuáles me ataban mis creencias, que no iban conmigo. Afianzando así mi autoestima, me valoro y me doy reconocimiento. Valorarme, cuidarme y encontrar un equilibrio en mi vida, permitiéndome  llorar si era el momento, reír si lo necesitaba. Vivir el día a día y encontrar mis momentos Eros y huir de mis Tánatos, cogiendo confianza en mí misma. Sé lo que quiero, como lo quiero y para que lo quiero, pensando lo que siento, lo que deseo y cómo lo voy a hacer, empezando a pensar con quién quiero vivir, estar y para qué, buscando así una vida plena, de paz, libertad para hacer lo que quiera en el momento que quiero. He descubierto todo lo positivo que tengo, lo que valgo e incluso he recibido reconocimiento de ello por otras personas. No pienso en el futuro, vivo el día a día, me enriquezco cada día más. Valoro lo sencillo y todos los días doy gracias por un nuevo día poniendo toda mi fuerza mental y física para conseguir lo que quiero y lo que me merezco. He conseguido que mi vida tenga sentido, saber perdonar, amar, comprender sin que eso afecte a mi Ser. Intervenir en los problemas cuando están y no anticiparme, pensándolos antes. He perdido el miedo a perder a gente, por no ser, yo, lo que quieren. A dar a cada cosa la importancia que tiene, a saber resolver con tranquilidad, siempre pensaré en la parte que a mí me corresponde. Después de mi Crecimiento Personal me siento una Gloria nueva, fuerte, que lucha por sus sueños y que sé que conseguiré porque ya no tengo ni tristeza. Controlo mis emociones, mi Ego, no tengo miedo al fracaso porque si no lo intento no habré fracasado, no me dañan las críticas, me acepto como soy y doy lo que soy, guste o no. En definitiva esta terapia ha hecho el milagro de mi vida, he vuelto a nacer y me gusta lo que soy. Ojalá todos los que están pasando por esos momentos encuentren a alguien que les modele su vida, para bien, como me ha pasado a mí. Estoy orgullosa de mí misma y seguiré llevando mi vida con las pautas que han depositado en mis manos para que lograra este punto. Meta superada. Fin de mi terapia. Agradecida y emocionada. Gracias por tenderme tu mano.

  • Alba (22 años)

    Empezaría diciendo que la terapia me ha cambiado la vida. La manera de enfocarla y poder apreciar las perspectivas. Mi proceso comenzó con malas gestiones en mis vivencias, con angustia y dolor ante las situaciones que se escapaban del control de mis manos. Ahora las que no puedo controlar, no me duelen ni me angustian, asumo que no dependen directamente de mí, las respeto, pongo límites y las asumo sabiendo que no dependen de mí que sucedan. Lo que realmente depende de mí es como me afecten y como las canalice y enfoque.

    Mi proceso comenzó con ansiedad en mi día a día, inconsciente y consciente. Millones de pensamientos negativos y tóxicos que por mi mente se repetían una y otra vez y hacían explotar mis emociones y mis nervios, no podía avanzar con claridad y me sobrepasaban los miedos y los impulsos. Ahora sé cuándo uno de los miles de pensamientos que se nos pasan por la cabeza durante el día, puede llevarme a sentir ansiedad, puede hacerme sentir mal, puede crearme miedo y puede hacerme tener actitudes tóxicas. He aprendido a desmontar mis propios pensamientos perjudiciales y dañinos, para poder empezar a pensar de manera sana para de esta manera poder cuidarme, fortalecerme y vivir en paz. He aprendido que los pensamientos crean realidades y si la realidad que quieres vivir es sana, tienes que desmontar la toxicidad y las cargas mentales que tengas o hayas cargado a lo largo de tus años creados por ti o por tu entorno.

    Mi proceso comenzó pensando a través de impulsos y actuando en función del pensamiento, pudiendo la mayor parte de veces arrasar con todo y explotar con sensaciones o emociones perjudiciales principalmente para mí pero en consecuencia también para los demás. Ahora he aprendido a pensar, sin anclarme a mis propios pensamientos negativos, o darles una vuelta convirtiéndolos en sanos y sin anclarme a ellos, permitirme sentir. Muchas veces olvidaba el dejarme sentir por miedos o por mis propias creencias que llevaba en mi mochila. Ahora pienso, me doy el tiempo que necesito, busco la perspectiva y después me dejo sentir y el dejarse sentir viene acompañado de actuar. Y esta vez saber actuar sin arrasar y sin impulsos dañinos, sintiendo, cada vez, que actúo a través de pensamientos que me ayuden a ser mejor y a sentirme orgullos de mi misma. He aprendido a ver actitudes o reacciones que pueden llegar a hacerme daño y a desmontar lo creado, los veo a través de alarmas que me avisan del peligro y pongo límites. He visto más que nunca que los límites son necesarios para cuidarse. Veo los diferentes grados de conciencia de mi entorno y veo el mío, los respeto y me acompañan diferentes de ellos, siempre y cuando no me hagan daño. Porque aunque no sean cómo el mío, cada cual es un mundo y de todo se puede sacar cosas maravillosas. Algunas veces me he sentido sola en el proceso o en situaciones en las cuales mi grado de consciencia era distinto, pero no me duele, porque sé que me tengo a mí y eso, realmente es lo más importante. Saber que siempre que estés, nunca estarás sola. Y, de hecho, cuando me pasa ahora, no sufro, me fortalece y me hace sentirme a gusto conmigo misma. He aprendido pautas para dominar mis miedos y poder bailar con ellos, sin que sean piedras en las que me tropiece a lo largo del baile. Poder quitarlas con esfuerzo y constancia, pero enfrentándome a ellos y decirles que los veo pero que no van a parar mis pasos para seguir bailando y que los quitaré tarde o temprano, se irán. Soy consciente de lo valiosa que es la energía y lo fácil que me ha resultado agotarla en cosas que me dañaban. Ahora sé con qué dosis invertir mi energía en situaciones, en personas, en pensamientos y en emociones para así no quedarme sin o cuando tengo menos poder recuperar la pérdida con situaciones, personas, pensamientos o emociones que me hacen volver a vibrar alto.

    Sé que placeres o situaciones me llevan a momentos Eros y sé cuáles me llevan a momentos Tánatos y al ser tan consciente de los dos, soy capaz de vivir muchos momentos Eros a lo largo de mis días, para que el balance siempre se incline hacia lo positivo y la paz y nunca vuelva a decantarse por el contrario. Me permito sentir también emociones o sensaciones negativas porque soy consciente que son parte de la vida y de los procesos, pero no me comen ni se apoderan de mí y sintiéndolas y sanándolas te fortaleces y consigues vencerlas, aprender de ellas y gestionarlas cada día un poquito mejor. Sé cuál es mi eje principal, desde dónde quiero vivir y aunque alguna vez pueda tambalearme vuelvo con más rapidez a mi eje y vivo o lo intento desde dónde quiero hacerlo. A lo largo de mi vida he sido y soy una persona muy exigente conmigo misma y con mi entorno, ahora sigo teniendo exigencia pero intento que siempre vaya vinculada a impulsarme hacia lo que me haga feliz a mí o a los demás y sobre todo dejar paso a la a la exigencia propia de mi entorno limitando la mía, para poderles dejar tener la suya. Veo el valor que tiene la motivación interna, porque te impulsa y te nutre, te sientes recompensada y procuro no dejar de tenerla para poder en la mayoría de lo posible sentirme llena. Vivo los anclajes positivos que siempre he tenido y he descubierto nuevos para no perder la sujeción. Me resguardo, me preservo, obedezco a mi ser y me doy autoridad y de este modo mi vida ha dado un giro radical hacia la paz, consciencia y la tranquilidad. Noto la estabilidad y cuando la pierdo un poco, la busco, incluso en las cosas que me hacen perderla y así de esta manera pudiendo encontrarla siempre puedo vivirla la mayor parte del tiempo. Hago balances de todo e intento que todo balance el valor positivo y sano sea el que más pese para no perder nunca la luz en cualquier situación o pensamiento. Miro hacia atrás y hace un año no me hubiera creído todo lo experimentado, lo creado, el cambio y en lo que gracias a esta terapia me he convertido. Ahora me siento autosuficiente, independiente, tranquila segura, con fuerza, motivada y soy mi propia prioridad. Agradezco lo que soy, lo que quiero ser, lo que tengo, lo que quiero tener y sobre todo agradezco que uno de los caminos, de la vida, me haya traído aquí y haber aprendido e interiorizado tanto. Te agradezco tu sabiduría y el haberme sentido cómoda en cada una de las sesiones, a través de tus conocimientos me has enseñado a ser cada día, un poquito mejor, me has dado las herramientas y me has hecho sacar el valor. Así que termino afirmando que la terapia me ha cambia hacia mejor y ojalá siempre poder sentirme orgullosa de misma, ver mi crecimiento personal me llena de satisfacción y de felicidad.

    Así que gracias a la terapia y a ti por todo lo que he aprendido y todo lo que me llevo para siempre conmigo. Creo que una de las mejores sensaciones es sentir que te llevas muchas partes de algo, en este caso de esta terapia y que sean herramientas que siempre te van a acompañar y para mí es algo muy valioso y especial. Esta terapia llegó en el momento que más estaba preparada para recibirla y afrontarla y siempre tendrá algo especial y una magia para mí, que espero haberla descrito en esta reflexión.

  • Laura (21 años)

     

    Para mí, el proceso de terapia, ha sido aprender a parar antes de pensar o actuar. Cuando empecé tenía miedo de no saber controlar nunca mis pensamientos y que me siguiesen entrando temblores, mareos y náuseas de cada día.

    He aprendido que hay que vivir de forma consciente. A ver, también, que cada uno tiene su mochila, a saber decir que No, a irme donde no soy yo o dónde no hay un ambiente sano. A ver que me salten alarmas cuando veo algo que no quiero en mi vida.

    Me ha hecho crecer y tener recursos para saber gestionar situaciones o momentos en los que antes sólo lloraba.

    Y aunque no confiaba en ello, es la mejor decisión que he tomado, ojalá hubiera acudido, a terapia, hace muchos años.

  • Ivana (18 años)

    Me alegro mucho de haber dado el paso y empezar a ir a terapia y poder encontrar, tan rápido, a una terapeuta que no sólo me escuchase sino que me diese recursos para el día a día. Ahora soy una persona, totalmente diferente, más segura, con mis objetivos claros y sabiendo cómo quiero llegar a ellos. Sin duda es la mejor decisión que pude tomar en ese momento y que volvería a tomar una y mil veces más, sin pensármelo.

  • Marta (40 años)

    Gracias por tu trabajo y tu acompañamiento, no sé cómo lo haces pero eres magia, eres luz...lo que transmites. Gracias por ayudar a tantas y tantas personas que lo necesitamos, entre ellas, YO.

  • Jaume (26 años)
    Ir a terapia con María Jesús, ha sido una de las mejores decisiones que he podido tomar. Si miro desde que empecé la terapia hasta el final, se ve un cambio significativo en mi persona.
    Pienso que mucha gente debería ir a terapia para aprender muchas cosas útiles y mejorar la calidad de vida.
    Respecto a María Jesús, es una gran terapeuta, consigue conectar contigo fácilmente, te explica todo muy claro, se preocupa por sus pacientes y para mí lo más importante, intenta enseñarte algo con fundamentos, no tienes que hacer ningún acto de fe para entenderla.
  • Azahara (33 años)

    Cuando comencé la terapia con Chus me encontraba en la etapa más difícil de mi vida. Me acababa de separar de mi marido después de poco tiempo casada y una relación de 9 años.
    Era una experiencia nueva para mí  la de acudir a terapia de crecimiento personal pero desde el primer momento me fue de gran ayuda. No solo me ha servido para superar la situación por la que acudía (la cual pensaba que era imposible de superar ya que solo veía oscuridad) sino que me ha ayudado aun más si cabe a mejorar como persona y en muchos ámbitos más de la vida. Me ha hecho descubrir las herramientas necesarias para enfrentarme a muy diversas situaciones de la vida y sobre todo a buscar los momentos Eros. Sin duda me ha echo fluir con la vida y quererme a mi misma cosa que no había echo nunca hasta ahora. Una de las mejores experiencias de mi vida sin duda a sido poder aprender de este proceso y conocer a una profesional como Chus. Gracias!

  • Cristina (30 años)

    Comencé las terapias con M°Jesús durante mi tratamiento de adicciones. Empecé con miedo. En seguida, sus sesiones me desvelaron que era un miedo hacia mí misma. A mi cambio. Pero me enfrenté a él, junto con Chus y, aprendí a conocerme y claro, también comencé a entender a los demás. Un espacio donde compartir y trabajar en y para mí.

    Podría decir muchas cosas que impactaran, pero no encuentro nada más impactante que decir: ojalá todos tuviéramos la oportunidad de tener un espacio de crecimiento personal. Gracias M°Jesús.
  • Elena (18 años)

    Un viaje hasta el centro de mi misma. Me ha ayudado a crearme y a crecer como persona, ya preparada para lo que me depare la vida. Como dice Chus: “No es un camino fácil y cada vez estás más sola pero tienes herramientas suficientes para lidiar con eso”.

  • Frank (41 años)

    El crecimiento personal me ha cambiado la vida por completo, he aprendido a ser más consciente de aspectos que me hacen trabajar para ir en una dirección la cual me hace sentir más feliz.

  • Raquel (39 años)

    Para mí el haber hecho esta terapia ha sido mi luz al final del túnel, ahora veo que yo soy la responsable de lo que pasa en mi vida e importante que yo tengo el poder de cambiar lo que me hace daño o no quiero para mi vida (malos hábitos, pensamientos tóxicos, culpa, tristeza).

    Me ha dado las herramientas para trabajar y poner punto y aparte en mi vida, dejando atrás poco a poco y con trabajo y sobre todo mucha conciencia, las frustraciones, miedos, tristezas que ya tenía como algo normal en mi día a día.

    ¡Vuelvo a ver la Vida! Ya no me levanto pensando que pase el día rápido (aunque es cierto que algún día, sí), tengo ilusión por cosas pequeñas pero espero con las herramientas que trabajé id adquiriendo nuevas ilusiones y metas, sobre todo soy muy consciente de las cosas malas pero consciente de las buenas, de aceptarme yo y aceptar la vida.

    Ha sido, es y será un largo camino. El camino que yo decida, el camino de mi vida Consciente.

 ENFOQUE TERAPÉUTICO:

Mi trabajo lo realizo desde tres perspectivas terapéuticas: desde la Terapia Sistémica, desde la Ética del cuidado y desde la Gestalt.

Desarrollaré un poco la Ética del Cuidado porque es una disciplina muy nueva dentro de la psicología. De las otras dos perspectivas podéis encontrar muchísima información.

La Ética del Cuidado es una forma de entender la vida, que resalta cada vez más, las necesidades humanas, aquellas que pertenecen al ámbito de lo sutil, que se albergan en nuestras emociones, nuestra esencia y nuestro ánimo… necesitamos un uso ético –amoroso que nos permita recibir las relaciones y la convivencia desde una perspectiva más cálida y humana.

En medio de  todo ello la ética del cuidado no es solo una filosofía sobre la que reflexionar si no una premisa de cómo queremos vivir. Es una necesidad urgente que nos permite, al conocerla y aplicarla, de desarrollarnos con más plenitud. Es  un deseo de restablecer códigos de convivencia que nos devuelva ese apoyo propio, necesario, para vivir con confianza, libertad y serenidad. Que nos hagan sentir que tenemos una vida digna emocional y espiritualmente. Que nos permita ser libres y tomar nuestro propio camino con conciencia. En definitiva, que nos permita conectar con la felicidad y la alegría de vivir, con nuestra esencia y que nos permita encontrar “nuestro lugar en el mundo «.

La metodología que llevo a cabo desde los tres enfoques terapéuticos consta de una parte teórica para la asimilación de conceptos y una parte más práctica con ejercicios y sesiones emocionales.

¿A QUÉ NOS AYUDA  UN PROCESO DE TERAPIA?

 

Este apartado podría ser muy extenso. Yo me limitaré a escribir aquellos ítems que me parecen más importantes:

-A ser más consciente, por lo tanto, más libre.

-Reduce el sufrimiento.

-Hacemos un manejo más adecuado de las emociones.

-Nos ayuda a tomar mejores decisiones.

-Promueve el crecimiento personal.

-Las relaciones comienzan a fluir y son más sanas.

-Conocemos nuestras creencias limitadoras,  nuestros saboteadores, nuestras pasiones, nuestros valores.

-Nos hace responsabilizarnos de nosotros/as mismos/as.

¿QUIERES QUE EMPEZEMOS, HOY MISMO, EL CAMBIO QUE DESEAS?

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